martes, 21 de junio de 2011

Adolescencia y Tribus Urbanas



Por Esteban Fernandez


La siguiente entrevista fue realizada para www.crear-t.com.ar





1) Para la psicología, ¿qué es una tribu urbana?
- Descriptivamente hablando, las llamadas ¨ tribus urbanas ¨ son grupos conformados principalmente por jóvenes adolescentes en el contexto de las ciudades contemporáneas. Por regla general, un grupo es entendido como un conjunto de personas que comparten algo entre si, provocando cierto sentimiento de unidad, confianza, protección, identidad, etc. Es decir que no basta con tener una ¨ multitud ¨ para poder hablar de grupo, ya que esta última es simplemente un conjunto de individualidades ocupando un mismo espacio y/o tiempo, pero que no buscan nada específico con el otro ni comparten algo sobre lo que puedan sentirse parte.  En otras palabras, para que se pueda hablar de grupo debe estar presente el factor ¨ libidinal ¨ (o amoroso) que permita que diferentes personas que comparten un mismo ¨ Ideal ¨ (una idea política, una creencia, una postura, etc.) se identifiquen entre si, evidenciando esta unidad a través de un modo parecido de vestir, de hablar, de expresarse y demás. Podemos sostener que algo del Yo de la persona se mimetiza con el grupo, a através de la idealización compartida y de la identificación mutua. El grupo se forma gracias al aporte de las identidades de las personas que lo conforman, y al mismo tiempo, esas personas conforman su identidad gracias al grupo que pertenecen.
En el caso de las tribus, desde su denominación como tal, podemos pensar que se dan como ciertas minorías que emergen como islas autónomas dentro del gran océano de la ciudad que las alberga. Pareciera que el grupo dominante de la sociedad adulta no termina de aceptar, legitimar e incorporar como parte de la comunidad a los grupos adolescentes con sus características particulares y diferenciales.
La globalización trae como correlato la tendencia a la uniformidad universal. El mundo adulto se organiza sobre esa tendencia, con sus ideales, leyes, y sistemas identificatorios. Es el mundo adulto también, un gran grupo. Pero generalmente, el interés no recae sobre el grupo mayoritario, sino sobre aquellos que son considerados minoritarios. En otras palabras, se invisibiliza que es desde un gran grupo desde donde se mira con ojos dudosos a los grupos pequeños.  Lo esperable es que la mirada, la voz y las preguntas recaigan sobre las tribus en lugar de que también puedan provenir desde éstas hacia, por ejemplo, el mundo adulto.  Son estas cuestiones psicológicas, sociales y políticas muy interesantes, que merecen un desarrollo profundo en cada una de sus vertientes.

2) ¿Por qué cree que los jóvenes buscan formar parte de estos grupos culturales?
- En principio debemos tener en cuenta que justamente los que forman estos grupos son adolescentes. Desde una mirada biológica, sabemos que en la edad de la pubertad  se llevan a cabo modificaciones en el cuerpo de todo tipo. Desde una mirada quizás más amplia o abarcativa, notamos que las modificaciones que se dan durante la metamorfosis de la pubertad atañen al joven como un todo. Cambia su cuerpo internamente (por ejemplo a nivel hormonal) y externamente al nivel de la imagen. El adolescente es una persona que tiene que vérselas con todo un mundo nuevo, o mejor dicho, es él lo nuevo que ahora tiene que vérselas con ese mundo en el que se encuentra. Desde el psicoanálisis se sostiene que el adolescente es aquel  que se encuentra en una etapa en la cual ya no se siente parte de su familia. Comentándolo rápidamente, la reactualización enérgica que del complejo de Edipo (a nivel de lo inconsciente) se lleva a cabo en esta edad, empuja al sujeto hacia la exogamia, es decir, a buscar referencias fuera de su seno familiar. Esta segunda socialización, como la llaman algunos autores, deja al adolescente en medio de una realidad infantil que debe dejar atrás y un mundo adulto del cual aun no se siente parte y desde el cual recibe una mirada dudosa, interrogativa, incomprendida, a veces intolerante. A esta edad se la llama comúnmente de transición, pero no por eso es menos importante para la estructuración del psiquismo humano. Es ahí cuando el joven busca afianzar su identidad en el grupo de pares. Dependiendo de las características individuales, concientes e inconcientes, el adolescente se siente parte de ciertos grupos más que de otros. Inclusive, el propio grupo busca afianzarse como unidad rivalizando con otros grupos que sirven como un límite exterior (nosotros no somos como ellos). Concretamente, la fórmula que nos permite pensar este fenómeno de las tribus se compone de un conjunto de personas buscando construir una identidad dentro de un dispositivo que les ofrece participar en esa construcción.

3) ¿Puede correr riesgo la salud psíquica de un joven que se integra a estas tribus?
- Esta es una pregunta compleja que necesita de una capacidad pronóstica muy difícil de establecer. En principio no habría razones concretas para pensar que una tribu urbana tenga como característica inherente el hecho de ser un riesgo para la salud psíquica de quienes la integran.  Es más, las tribus sirven de grupos de contención y de desarrollo de un psiquismo en plena reorganización. Y en última instancia, la tribu es también un lugar en donde se pone en juego el amor entre los individuos que la conforman. Recordemos que lo que mantiene unido a un grupo como tal son sus ligazones libidinales. Claramente, como en cualquier otro espacio social, la tribu podría llegar a ser riesgosa para el individuo, como así también el individuo podría ser riesgoso para la tribu de la que forma parte. Por ejemplo, si en una tribu se fomenta la violencia o el uso de drogas indiscriminados, por decir algo, no es menos riesgoso que la misma situación se de, por ejemplo, fomentada desde la instituciones y los medios masivos de comunicación del mundo adulto. En todo caso, la pregunta habría que redireccionarla desde las tribus en sí hacia los elementos perjudiciales como la violencia en todas sus formas y espacios sociales.  Si el adolescente necesita resguardarse dentro de estos bunkers sociales es porque siente e intuye que los riesgos se corren en ese grupo dominante adulto que, a su vez, sospecha de las tribus como lugares de riesgo para el adolescente y para el status quo imperante.

4) ¿Cree que influyen los problemas personales?
 - El adolescente necesita integrar diferentes grupos debido al conflicto psíquico en el cual se encuentra inmerso. Como decía mas arriba, hay toda una restructuración psíquica en donde se deben buscar referencias desde la endogamia hacia la exogamia, reconfigurar la imagen corporal y aceptarla como tal, buscar una identidad sexual y reconocer el lugar que se ocupa dentro del cuerpo social. No me animaría a llamar problema a dicho conflicto, por más que no sea para nada fácil el tratar de resolverlo. Si lo pensamos en término de problema podemos confundir todo este proceso necesario con algo propio del orden de la enfermedad, patología o anormalidad. De esta manera seriamos poco justos con lo que en realidad se esta poniendo en juego. De todas maneras hay que estar atento a que, dentro del proceso esperable, también puedan darse situaciones propias de lo problemático o lo patológico. Y también es necesario aclarar que por más que el proceso sea esperable, no por eso ha de desmerecer la atención y la importancia que reviste para el adolescente en pleno desarrollo psicofísico. Sostengo que el mundo adulto no debe olvidar que alguna vez ha sido niño y adolescente para ser tal.

 5) ¿Suelen concurrir a su consultorio adolescentes que pertenezcan a tribus urbanas?
- A nivel estadístico, la mayoría de los adolescentes que consultan suelen pertenecer a algún grupo con sus características masomenos definidas y diferenciadas. La profundidad en la que se encuentran inmersos, dentro de esos grupos, varía de joven a joven. En la clínica es muy importante no solo no desmerecer a estos grupos de pertenencia, sino todo lo contrario. Gran parte del trabajo con adolescentes se basa en la escucha, acompañamiento e intervención sobre el material relacionado a los grupos de pertenencia. El analista, lejos de ponerse en una posición en la que juzga al adolescente, le da lugar a la palabra del mismo. De esta manera, el proceso del desarrollo de la identidad del paciente se ve beneficiada por el ¨ hacer conciente lo inconciente ¨, permitiendo al mismo tener una mirada nueva y diferente sobre si mismo y su relación con los demás.

 6) ¿Cómo deben actuar los padres de un chico que cambia bruscamente, por ejemplo, para integrar una tribu emo?
-      Los cambios de la pubertad y la adolescencia se caracterizan, muchas veces, por ser bruscos. Estos cambios disruptivos no solo angustian al joven que los padece, sino que también son una incógnita para los padres y/o el entorno. Al mismo tiempo que disparan una restructuración psíquica del adolescente, también se generan preguntas sobre cuál es el papel o el rol de un padre frente a este tipo de situaciones. Sobre esto hay dos cuestiones importantes a tener en cuenta. La primera tiene que ver con el lugar efectivo que los padres deben ocupar frente a un hijo que pasa a formar parte de una tribu urbana. Ante todo, seria beneficioso que lograran establecer un vínculo en el cual se de una comunicación que apunte al difícil entendimiento mutuo, la comprensión y el apoyo en aquellos aspectos donde unos y otros son mas vulnerables. Pienso que lo ideal seria buscar las maneras de apuntar a romper con los prejuicios que puedan existir desde un lado y el otro. Es decir, aquellos que existen desde el adulto sobre el mundo adolescente y aquellos del adolescente acerca del mundo adulto.

Por ejemplo, la tribu de los emos tiene ciertas características estéticas muy llamativas. Que sean del orden de lo estético no significa que deban ser menospreciadas.  Cuando se escucha a algún integrante de tal tribu, los mismos suelen decir que el nombre que los engloba deriva de emocional. Esto nos da la pauta de estos chicos se encuentran frente a un sentir nuevo, masivo. Ellos sostienen que sienten más que el resto. Claramente están en la búsqueda de un sentido para esas emociones que irrumpen en sus vidas. Allí son los padres los que ocupan un lugar de garantes de una ley que, transmitiéndoselas a sus hijos, le permitirán a esos chicos desarrollo hacia el ordenamiento de si mismos, de su sexualidad en sentido amplio, en definitiva, de su identidad. Si el adolescente rivaliza contra el orden adulto y de los padres, es porque también necesita encontrar una ley a la cual adecuarse. 
Es de mencionar la importancia de quien consulta al profesional psicólogo. ¿Es lo mismo que lo haga el adolescente por cuenta propia a cuando la consulta nace por decisión de sus padres? A veces la demanda de consulta tiene implícita una pregunta por la paternidad, valga la redundancia, de los padres mismos del adolescente. En ese caso puede ser muy productivo que se lleve un trabajo psicológico con el adolescente y los padres del mismo.
Y para finalizar, nos gustaría que nos aporte lo que le parezca con respecto a los jóvenes.
 
- Creo que una de las cosas mas importantes que se derivan de esta temática es el miedo. El miedo ante lo nuevo, lo que aparece bruscamente, lo que no se sabe bien como manejar, como entenderlo, como soportarlo. Si al adulto le genera este tipo de sensaciones, ¿qué cosas le estarán ocurriendo al joven que vive estos cambios en carne propia? Quizás el choque entre estos dos mundos, el del adolescente y el del adulto, sea algo inevitable y hasta necesario. Y en este choque es necesaria la pelea y la discusión, pero también es necesario el amor, la creación de lazos y la generación de confianza. 




domingo, 15 de mayo de 2011

Mantis Religiosa

Cito un pasaje del Seminario 9 de Lacan (La identificacion):



¨Tengo que ilustrar esto -me disculpo- y aún groseramente para hacer sentir lo que quiero decir, presto a que traten de servirse de ello, lo que puede servir en todos los lugares donde hay angustia. Pequeño apólogo que no es tal vez el mejor. La verdad, lo he forjado esta mañana, diciéndome que era necesario que trate de hacerme comprender. Habitualmente me hago comprender de costado, lo que no está mal; eso les evita engañarse en el lugar correcto. Voy a intentar hacerme entender en el lugar correcto y evitarles cometer errores: supónganme en un lugar cerrado, sólo con una mantis religiosa de tres metros de alto -es la proporción justa para que yo tenga la altura del macho y estoy vestido con una piel del tamaño de dicho macho que mide 1,75 m., aproximadamente mi altura. Me observo, observo mi ridícula imagen en el ojo facetado de la mantis religiosa. ¿Es eso la angustia? Está muy cerca. No obstante al decirles que es la sensación del deseo del Otro, esta definición se manifiesta en lo que ella es, a saber puramente introductiva. Deben necesariamente que referirse a mi estructura del sujeto, es decir, conocer todo el discurso antecedente para comprender que si se trata del Otro con mayúscula, no puedo contentarme sin ir más allá de esta representación de mi pequeña imagen como mantis macho en el ojo facetado del otro. Se trata, hablando con propiedad, de la aprehensión pura del deseo del Otro como tal, ¿si desconozco justamente qué? Mis insignias: a saber que estoy disfrazado con los despojos del macho.
No sé lo que soy como objeto para el Otro. La angustia, se dice, es un afecto sin objeto, pero esa falta de objeto hay que saber dónde está, está de mi lado. El afecto de angustia está en efecto connotado por una falta de objeto, pero no por una falta de realidad.¨




Ahora una reseña de Wikipedia acerca de la Mantis Religiosa, para concluir la idea:



¨Son animales solitarios excepto en la época de reproducción, cuando macho y hembra se buscan para aparearse. Cuando hay más de un macho cerca de una hembra, éstos se pelean y sólo uno se reproduce. Las hembras son mayores que los machos. Durante y tras el apareamiento la hembra se come al macho.¨










domingo, 1 de mayo de 2011

¿Paciente o Cliente?

Por Esteban Fernandez

A diferencia de la etica psicoanalitica, en donde se pone en juego el Deseo subjetivo interrogando a la demanda yoica del paciente, se desarrolla aqui el modo de operar de las psicoterapias cientificas en boga en relacion a la negacion del Deseo y a la relacion de la satisfaccion de la demanda mercantilista del ¨cliente¨ que exige un servicio desde un yo que padece.

Las psicoterapias trabajan para ¨reestablecer¨ al cliente. Se trata de reestablecerlo a un punto de ¨felicidad¨, ¨bienestar¨ o al menos a un ¨dejar de padecer¨. Re establecer significa que se intenta volver a ubicar a esa persona en un lugar en el cual había cierto bienestar (o al menos se trataba de cierta situación personal que no implicaba una consulta psicológica). Re establecer significa volver a acomodar a esa persona. ¿Por qué no? ¿Acaso es un pecado la comodidad y el bienestar? Cuando la persona sufre, esa armonía cómoda y de bienestar (¿podemos decir felicidad?) se rompe. Algo comenzó a fallar en el sistema. Algo le hace tener palpitaciones y miedos irracionales.
Si la persona sufre, las psicoterapias tienen ante si la evidencia irrefutable de una falla en la persona que ya no logra establecerse en el sistema que hasta cierto punto le otorgaba un lugar de bienestar. En algún momento de su existencia comenzó a procesar la información de una manera poco adaptativa. Sesga de un modo irracional (o no tan racional como debiera ser) la percepción del universo en el cual el mismo se encuentra.
Descriptivamente todo esto es cierto: el miedo a morir en el ataque de pánico es irracional. El mundo se torna un lugar extraño, ajeno, donde uno ya no se siente parte. O donde uno se siente parte pero de un modo sufriente. Sea como sea, ya no se vive en el bienestar.
Las psicoterapias permiten que el sufriente acceda a un modo de pensar que le permita el reestablecimiento. Por un lado se logra la desensibilización de aquellas ideas que provocan padecer. Se les resta su fuerza patógena. Así como en un ordenador podemos eliminar un virus, podemos hacer algo parecido con esas ideas enviándolas a una papelera de reciclaje mental donde ya no tengan ningún efecto (al menos durante 2 años comprobables). Allí donde la idea que enferma ha dejado una vacante, se logra introducir en el sistema mental (con ayuda del psicoterapeuta o por el trabajo personal del padeciente en progreso de curación) nuevas ideas sanas, productivas, positivas. En otras palabras, las ideas reemplazantes son aquellas que permiten el reestablecimiento.

Si el ser humano sintiera, pensara y actuara de determinadas maneras, se podría evitar el engorroso suceso del sufrimiento. Y allí es donde las psicoterapias ejercen lo mejor de si mismas: psicoeducar al padeciente para que deje un sentir-pensar-actuar erróneo, desadaptativo y sufriente y logre construir uno que lo reestablezca al medio en el cual dejo de sentirse cómodo. La psicoterapia no solo ofrece eficacia clínica, sino que además aporta a la humanidad un modelo elaborado de manera rigurosamente científica de cómo debería ser el Ser Humano (para ser mas justos, el modelo es de cómo debería ser el Ser Humano para vivir establecido, en bienestar y adaptado).

De esto se desprende una ¨virtud¨ de la psicoterapia en comparación con otras disciplinas, como por ejemplo, el psicoanálisis lacaniano: tiene una capacidad pronóstica y preventiva. Al tener en claro y bien delimitado los conceptos que hacen al ser humano normal (léase normal en cuanto no padeciente) se puede identificar los puntos erróneos del sistema psi en base al sistema normal psi y confeccionar objetivos terapéuticos a nivel poblacional (lo cual permite que el sistema de salud sea mas eficiente y eficaz para con su población, al poder trabajar con el conjunto). Por ejemplo: ya no tenemos que perder tiempo en largas horas de sesiones para ¨curar¨ la enfermedad psi. Sabemos que todo miedo irracional del ataque de pánico responde a un error de juicio o a una manera poco correcta del procesamiento de la información que debe ser reemplazado, mejorado, educado. Tenemos que el modo correcto de procesamiento de información es no tener ningún miedo irracional que provoque palpitaciones. Una conducta que quede por fuera de este modelo de Ser Humano normal (repito, me refiero a No Padeciente) debe ser por fuerza, una conducta motivada por un desajuste. Es decir, es una conducta propia de un Ser Humano que debería ser de otra manera si pretende evitar el sufrimiento. Tenemos modelos concretos de lo que debería ser el Ser Humano y lo que no debería ser para permitir su reestablecimiento.

Se han superado los ¨pormenores¨ que la teoría de lo inconciente, en el sentido de la segunda tópica freudiana (el Ello), podrían haber impuesto al tratamiento de la enfermedad mental. Poco importan, a decir verdad, los aspectos ligados a los viejos conceptos ¨casi metafísicos¨ como el Deseo o La Pulsión. La Cura o el Reestablecimiento comprobado por medio de técnicas psicoterapéuticas focalizadas no dejan margen de duda en cuanto a esto. Se puede trabajar sobre los aspectos yoicos (aquellos que incluirían los componentes concientes, preconcientes e inconcientes) del padeciente logrando eficacia clínica. Entonces ¿para qué perder tiempo y recursos en trabajar sobre aspectos que ni siquiera están debidamente delimitados y sobre los cuales el trabajo se vuelve difícil de conceptualizar?

Al realizar un tratamiento psicoterapéutico desde y para el Yo del padeciente (desde las ideas más superficiales hasta aquellas denominadas ¨nucleares¨), el camino lógico a seguir es atender a una demanda desde y para este Yo que se presenta en la consulta. Si tenemos que la lógica es una, es decir la yoica, todo lo que sea ilógico en su ser (que probablemente devendrá en padecimiento desde el punto de vista psicoterapéutico) debe ser parte de algo erróneo de su maquinaria que debería funcionar, lógicamente, de otra manera. Así como el virus del ordenador es una intrusión en un engranaje virtual que funcionaria como se lo espera de no ser por este intruso, la mente humana funcionaria como es lo esperable de no ser por estos errores de procesamiento que, al modo de una falla en el sistema, una idea patógena intrusiva, provocan un funcionamiento que debe ser corregido. No hay ninguna razón para considerar a estas expresiones de fallas como algo que pudiera tener que ver con el ser humano en si, ya que el modelo de funcionamiento humano esperable es bien otro. Por consiguiente, hablar de Deseo en sentido psicoanalítico puede ser interesante para el ámbito y la discusión filosófica, muy rico en la generación de conocimientos y el desarrollo intelectual, pero en muy poco sirve a la hora de tratar con la problemática de la persona que presenta un sufrimiento. Es por esto que es justificable el tratamiento que apunte a la resolución de la problemática que parte de la demanda yoica.

¿Por qué no hablar de cliente cuando nos referimos al padeciente que demanda atención psicológica? Si la tendencia del medio es que esté el todo organizado mediante la oferta y la demanda (repito, la tendencia), donde la salud queda enmarcada dentro del mismo juego del sistema mercantilista (el acceso a la salud no debe ser una garantía del Estado, sino que debe ser posibilitado por el poder adquisitivo, es decir, mediante la privatización), ¿ no seria injusto seguir hablando de paciente en lugar de cliente? La tendencia PSI contemporánea sigue esos mismos lineamientos mundiales neoliberales, que permiten volver al sistema de salud mas eficaz, generando un desarrollo y  un progreso tecnológico que no podría darse dentro de un encuadre estatista. Si bien este modo de encarar a la salud también posee sus puntos débiles (como la cuestión de la privatización del acceso a la salud y que la mayor parte de la población mundial quede por fuera del sistema) no por esto debemos dejar de reconocer sus avances. La salud es un servicio más (quizás uno de los mas importantes y de los que mayores volúmenes de dinero hacen mover a nivel mundial) que esta dejando de ser un derecho de la humanidad para pasar a ser algo a comprar.

El cliente demanda un servicio. Y como cliente, siempre tiene la razón. El mercado se rige por ofrecer al comprador o al cliente aquel producto o servicio que demanda (muchas veces creando necesidades, si, pero necesidades que pasan a formar parte del comprador). El ofrecer un servicio o producto diferente al cual el cliente demanda , y el cual el mercado ha prometido ofrecer, sería romper con una regla básica, nodal y fundamental del movimiento mercantilista. No sería esa la manera en la cual el sistema mercantil logra desarrollarse. Importantes juicios reciben en EEUU aquellas empresas que terminaran vendiendo algo diferente a lo que prometen estar ofreciendo. Es una regla rígida, pero que hace que la cosa funcione ordenadamente para el bien de todos.

El sistema de salud apunta a ser parte del sistema mercantil. El paciente debería ser ahora un cliente que demanda un reestablecimiento, un bienestar. No es trabajo del psicoterapeuta, como se dijo mas arriba, interrogar (que difiere de poner en duda) aquella demanda, sino que debe por regla, satisfacerla. Tampoco es cuestión de la psicoterapia venir a trabajar el padecimiento en relación a, como dicen los lacanianos, ese Otro (que puede estar encarnado en una religión, un país, un sistema económico determinado, un grupo cualquiera que sea). Es el propio cliente aquel que padece por la falla en el procesamiento de la información. Por eso es posible extender la terapia a todas (o casi todas) las personas del planeta, sean estas de la religión que sean, o pertenezcan al partido político que sea, o al cuadro de futbol del que sean fanáticos. En definitiva, no es el contenido lo que esta en juego, sino la manera en que se lo procesa.

Si el bienestar social y los modos de adaptación son construidos por el momento socio-histórico en el cual se vive (recordemos a los lacanianos y su concepto débilmente delimitado de ¨Otro¨), la psicoterapia debe, por regla, venir a reestablecer al cliente a ese contexto socio-cultural del cual emerge, del cual se ha corrido (expresándose este corrimiento mediante el padecer) y del cual debe volver a adaptarse.
Son los ritmos sociales los que marcan las deficiencias personales. Y es, por qué no, muchas veces el no poder competir lo que provoca el padecer. Perder en la carrera social y sentirse excluido.  Y muchas veces ese No Poder tiene una relación mas importante con un mal procesamiento de la información que con la realidad en si misma. En la psicoterapia se trabaja, justamente, para que el cliente pueda reconocer esa realidad en donde hay otras posibilidades de sentir-pensar-actuar que le permiten ese reestablecimiento al medio en donde pueda competir y progresar. En otras palabras, se le ofrecen ¨herramientas de desarrollo personal¨. ¿Acaso no sufre el fóbico de tener lejos de si el éxito social? ¿ O el que padece de TOC de no poder enfocar sus pensamientos y energías en cosas realmente importantes? ¿ No sufre de depresión aquel que se considera menos y que todo lo ve negativo? ¿ No sufre el gordo por considerarse feo? ¿No sufre la anoréxica por considerarse fea? ¿No padece de pánico aquel que considera que, directamente, va a morir? Sin circunscribir la relación entre el cuadro clínico y el padecer en terminos de competencia, tenemos que todos estos errores en el procesamiento de la información pueden ser modificados mediante la psicoterapia, con gran eficacia comprobada. El cliente es restituido a su medio sin padecer. Ya no se cree menos, sino que esta listo para encarar la vida y competir en el medio.
El cliente demanda un modo de sentir-pensar-actuar acorde al bienestar que ha perdido. Si bien por algún tiempo ha podido desenvolverse sin problemas, ha llegado a cierto punto donde su modo de procesamiento falla y debe ser corregido. Es entonces que en la psicoterapia se le ofrece un modo científicamente comprobado y mas ajustado a cada persona en particular, para poder procesar la información de una manera mas eficaz.

En definitiva, el Sujeto con el que se encuentra la clínica psicoterapéutica esta enmarcado dentro del termino de cliente. Y como tal, se debe responder a la demanda explícita del mismo, ya que la psicoterapia es parte del sistema mercantilista de la salud. No es el consultorio psi el lugar donde debe interrogarse el lugar del Sujeto con su padecer, e incluso con su demanda, sino que debe ser satisfecha. ¿Qué es lo que debería interrogarse si ya sabemos que esa demanda esta basada en un error de juicio que debe ser reacomodado?¿ Qué es lo que debería interrogarse si tenemos, desde el marco científico, un modelo de mente y de procesamiento en el cual se debería ajustar cada ser humano? El padecer es un error individual, de un individuo que vive en un medio al que tampoco debería interrogarse (salvo en aquellos puntos en donde no permite el despliegue del modelo científico del pensar-actuar-sentir correctos. Aquí se pone en juego la capacidad pronóstica y preventiva de la disciplina). Y donde tampoco hay por qué interrogar la relación de ese individuo al medio, sino que esa relación solo debe ser modificada para que vuelva a ser cómoda (la psicoterapia no solo es consecuente con el sistema global, sino que lo es también a cada grupo en el cual la persona es parte)

El sistema de salud se ajusta al medio, se vuelve mercantil. La psicoterapia se enmarca dentro de este nuevo sistema de salud, conviviendo con sus anhelos y objetivos. El padecer se ajusta a esos objetivos y modos de conceptualizarlo concretamente.
Por ultimo, podemos decir que las psicoterapias SI tienen que ver con la transacción monetaria (ya que si hablamos de cliente hablamos de vinculo mercantil mediante, donde hay un pago entre una oferta y una demanda); tiene mucho que ver con el sistema , y concretamente con el sistema capitalista de privatización de la salud, y con plantear a la psicoterapia como una oferta de satisfacción de la demanda yoica del cliente. Lo que si no entra en juego es una mente maligna por parte del profesional ni por parte del cliente. Solo demarca una postura ética consecuente con las leyes que rigen al mercado, el cual le da forma al sistema capitalista. Y en cuanto al cliente, el objetivo es que este te reestablezca al modo científico de concebir el procesamiento de la información correcto.

lunes, 14 de marzo de 2011

En el Nombre del Mercado

Por Esteban Fernandez 
 Me parece que el consumismo como característica distintiva de la conducta de la época puede cuestionarse, al mismo tiempo que también hay varios indicadores que dan evidencia de que la tendencia es el consumismo. No solo el consumo masivo de productos (de producción masiva) como nunca en la historia de la humanidad se ha dado, sino que además el consumismo se expresaría en otras conductas que no tendrían que ver directamente con consumir bienes o servicios, sino con relacionarse con el otro y con uno mismo a modo consumista, donde uno mismo y el otro tienen un valor mercantil.
La acumulación por la acumulación: de la empresa que vende y acumula dinero y el consumidor que compra, y acumula objetos obsoletos (que pueden ser modificados con plugs bajados de internet). Son obsoletos porque no están respaldados con instituciones trascendentales, como lo puede ser la justicia, el conocimiento, el amor, la familia, etc. están respaldados por la competencia y la lucha por la acumulación.
¿Que significa un celular para mucha gente? ¿Que significa un auto? ¿Es una simple tecnología para facilitar ciertos aspectos de la vida? ¿no puede también significar un símbolo de status social? la gente mide a los otros y se mide a si mismo según como se cotice en la bolsa del imaginario social. ¿Quien es el mas reconocido socialmente? aquel que tiene mas oportunidades de acumulación de capital. ¿O acaso es aquel que aporta los conocimientos más profundos sobre algún tema crucial de la vida, por ejemplo? ¿o aquel que escribe las mejores y más profundas obras artísticas? Ser reconocido, es decir, ser afirmado por el Otro como ser humano pasa por la relación de este con el dinero (u objetos de consumo, que son una ecuación). Ningún objeto colma, y por eso el vacío existencial. Esos objetos sirven un tiempo (incluso el video juego modificable, incluso el sombrero de la barbie) pasan de moda, dejan de valer el dinero que valían, ya no son un objeto que me permita ser reconocido por el otro. Debo buscar el nuevo video, comprar el nuevo plug, la nueva barbie, el nuevo sombrero, y así según cada nueva temporada. La identidad moderna se mide en relación al valor de mercado. La identidad moderna fluctúa según los movimientos de la bolsa. No es un piso seguro, cambia todo el tiempo, la oferta y la demanda se regulan solas. El estado no puede intervenir. Perdón, no hay estado. La identidad de la persona esta regulada por una ley, que no es ni la ley de dios, ni la ley ancestral, ni la ley feudal ni la ley estatal. Es la ley del mercado la que estructura. Y la estructura subjetiva se presenta tan fluctuante como el mercado mismo. No hay anclajes trascendentales, clásicos, no hay esencias. Hay una realidad liquida, o gelatinosa si se me permite. Hoy estoy bien, mi auto esta en el ranking de los mas deseados. Mañana estaré mal, no pude cambiar mi viejo auto por el nuevo que trae dvd's en las llantas.
Mi idea no es de conspiraciones o engaños.
Mi idea es que pensar que hay una relación de casualidad entre el modo de vida puramente capitalista (aquel enmarcado en el valor mercantil) y el modo en que se desarrolla la teoría o técnica conductual-cognitiva, es una posición ingenua.
el conductismo o cognitivismo hace una reducción necesaria de las características del ser humano a conceptos recortados arbitrariamente, con el solo fin de poder descomplejizarlo, analizarlo, cuantificarlo y controlarlo. En su pretendida búsqueda de la verdad científica, deja de lado todo aquello que no entre en sus instrumentos de medición, como si todo aquello directamente no existiera.
¿Que tiene que ver esto con el desarrollo del capitalismo? Preguntarse y responderse que tiene que ver el Valor Mercantil (el concepto es original de Benbenaste) en nuestras vidas,  va a abrir un nuevo panorama.
Cuando hablo de política, no me refiero a partidos (o política partidaria), me refiero a lo que organiza a la humanidad. En nuestro caso, la humanidad esta organizada toda, globalizada, por un mismo valor. Ese valor no solo rige para el plano puramente político (clientelismo político), sino para las políticas en salud, la economía en general, el desarrollo de los conocimientos, la interacción entre las personas, etc.

Entonces, lo que planteo es que la psicología cognitiva es desarrollada y continua en la misma dirección de aquel sistema político que organiza el  todo (o tiende a la totalización). Su lógica de pensamiento, de observación, de deducción y de tratamiento no le hace ruido al sistema capitalista. No puede hacerlo, ya que se adapta al pragmatismo que le hace de base.

El sujeto de observación enmarcado como una maquina, no es una casualidad. Los conceptos mecánicos o tecnológicos con los que se abordan al objeto de estudio, no son sacados de la galera. La relación de oferta-demanda del terapeuta con su paciente-cliente, no son casualidad. La obturación del padecimiento para la readaptación al sistema (o al ¨mundo¨), no es casualidad. El sujeto no es una persona, es un conjunto de cualidades masomenos medibles. Esta ciencia se guía por esos números, no por el humano. ¿Se como entra en juego el Valor Mercantil del que hablaba? ¿Estará bien? ¿Estará mal? La realidad es que esa lógica esta, y que muchos intentan negar, quizás por ignorancia, quizás porque les resulta mucho mas fácil y practico seguir pensando a las personas como maquinas o sistemas, aunque ese modo de relacionarnos actualmente pueda ser lo patológico. Obviamente, visto desde otro punto de vista.
La relación entre los humanos, hoy en día y más que nunca, esta regido por el valor mercantil. ¿Como saber cuanto de positivo y cuanto de negativo tiene esto si no es escuchado en un consultorio, sino que este espacio es otro mas donde rige la misma lógica que nos hace padecer?


viernes, 11 de marzo de 2011

El Psicoanalisis y la Normalizacion

Por Esteban Fernandez


Habria que poder diferenciar lo que es el psa (psicoanalisis) como disciplina psicoterapeutica y lo que es el psa en cuanto a un saber (y por lo tanto un poder). En cada institucion se da un juego de poder. Y desde Foucault, ese poder es indisociable del conocimiento y de su modo particular de distribucion y organizacion entre las personas que son afectadas por ese conocimiento. Ahora bien, ¿es lo mismo el efecto quizas normalizador que puede ejercer la ¨teoria¨ analitica sobre las personas, que el fenomenode efecto analitico que se da en un analisis? Ahi esta la cuestion. El analisis como psicoterapia no apunta jamas a ninguna normalizacion. A lo sumo, se podria decir que apunta a una ¨normalizacion¨ de la subjetividad y de la organizacion libidinal empezando y terminando en cada persona (si es que esta frase tiene sentido). Ahora, los postulados derivados del analisis, compartidos por un grupo o sociedad especifica, creo que ejercen ese efecto de normalizacion y autovigilancia panoptica de la que habla Foucault. Tanto los postulados del psa como de todas las ramas de la ciencia de la salud (y de cualquier otro tipo de institucion) son apropiados por cada una de las personas a las cuales tienen acceso a ese tipo de conocimiento. Esa conceptualizacion pasa a formar parte del modo de ser ¨normal¨ que cada persona entiende y que se comparte. En ese sentido, el psa puede funcionar como normalizador panoptico de autovigilancia, tranquilamente. Por ejemplo, la representacion social de edipo puede ejercer un efecto normalizador en la sociedad, en el cual cada persona se ¨ajusta¨ a lo que cree que son los parametros de normalidad que la conceptualizacion edipica le estaria dando


Panóptico de Bentham

 (...) Lacan explica que el aparato psiquico se orquesta sobre una funciona normativizadora, osea el Nombre Del Padre. Esto es un descubrimiento analitico, y no una funcion que lleve a cabo el analisis. Es decir, esa funcion normativizadora (que ordena en relacion al Otro, lo cual tampoco significa ¨normalidad¨ en si) es la que posibilita el ordenamiento estructual del psiquismo. Esta funcion existe mas alla del psicoanalisis. El psicoanalisis lo explica, no lo impone en una suerte de terapia del ¨nombredelpadreamiento¨.
(...) hagamos otra diferencia importante: los prejuicios del analista no son los juicios del metodo. Al analista pueden resultarle normales muchisimas cosas, no asi para el metodo. Este ultimo permite la emergencia del deseo que no tiene que ver con lo que el analista considere como normal o no (aunque si tiene que ver)
(...)¿Por qué la psicologia (incluyamos al psa dentro de la definicion) debiera ser una ciencia de la regularidad? ¿Ese ideal responde al objeto (el ser humano en si) o responde al ideal cientifico? ¿Por qué buscar normalidades sobre un ser que se crea a si mismo?(...) De entrada parece una obligacion  el tratar de entender al humano desde el pensamiento cientifico que apunta a encontrar regularidades en este, pero a veces queda oculta otra parte: quizas no haya tal regularidad y la estemos inventando.



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martes, 1 de febrero de 2011

Etica y Cine: Requiem for a Dream

Por Esteban Fernandez

Réquiem Por Un Sueño  (Requiem For A Dream)



Dirección: Darren Aronofsky.
País: USA.
Año: 2000.
Duración: 102 min.
Interpretación: Ellen Burstyn (Sara Goldfarb), Jared Leto (Harry Goldfarb), Jennifer Connelly (Marion Silver), Marlon Wayans (Tyrone C. Love), Christopher McDonald (Tappy Tibbons), Louise Lasser (Ada), Keith David (Gran Tim), Sean Gullette (Arnold el psiquiatra).
Guión: Hubert Selby Jr. y Darren Aronofsky; basado en la novela del primero.
Producción: Eric Watson.
Música: Clint Mansell.
Interpretación cuartetos de cuerda: Kronos Quartet.

Argumento

El film narra la historia de cuatro personas que tienen importantes vínculos entre ellos. Por un lado está Sara Goldfarb, una mujer viuda y de edad que vive sola en su departamento ubicado en la soleada Coney Island. Su vida gira en torno a la televisión. Mas allá de que tiene una cantidad considerable de amigas y/o vecinas, Sara demuestra padecer una triste soledad. Así mismo, esta mujer recibe en ocasiones la visita de su hijo Harry Goldfarb, el cual hace tiempo no vive con su madre. La película comienza con una escena donde justamente Harry va a visitarla. Sorpresivamente, la televisión de Sara está encadenada a un radiador (que sirve de estufa, emplazada en la pared). La mujer ha aprendido de la experiencia: Harry, en otras ocasiones, ha sustraído la televisión como también otros elementos de la casa de su madre. Lo que el desarrollo de la historia va a mostrar, es que Harry empeña los objetos como sustento de su adicción a la heroína.  Si Sara es conciente o no de la adicción de su hijo, es algo que solo se puede conjeturar.
Harry vive en Brooklyn, New York, junto a su novia Marion Silver. Esta invernal ciudad contrasta fuertemente con la de residencia de Sara. La adicción que mantiene Harry, por la heroína principalmente, es compartida por Marion. Harry a la vez tiene un socio y amigo, llamado Tyrone. La sociedad que llevan a cabo se dedica a la venta de drogas en las calles de Brooklyn. Planean entre ambos conseguir una cantidad importante de heroína pura, para luego “cortarla” (para “estirarla”) y venderla directamente a los consumidores. El resultado de su plan, de ser exitoso, sería tener una vida tranquila, de confort económico y felicidad, por sobre todo. Harry le promete a Marion esta vida, en la que se incluye la posibilidad de que esta última pueda tener su propio negocio de ropa, ya que ella es diseñadora de indumentaria. La droga es conseguida y, proceso de “corte” mediante,   la venta se pone en marcha. El dinero se acumula en cantidades y el entusiasmo de Harry, Marion y Tyrone es evidente. Su plan, hasta el momento, marcha a la perfección, tal como lo habían abrigado en sus fantasías. En pleno optimismo, Harry le regala una nueva televisión a su madre. Mientras tanto, Sara recibe un llamado telefónico donde se le anunciaba que en algún momento se la contactaría para ser partícipe de un programa televisivo. Dicho llamado se le vuelve una obsesión. Ella desea adelgazar para poder lucir en la televisión un bello traje rojo, que había utilizado por última vez en la graduación de su hijo.  De esta manera, comienza un tratamiento a base de anfetaminas que, al  auto adminístraselas abusivamente, termina volviéndola completamente loca, sumida en delirios y alucinaciones que provocan su internación psiquiátrica. Pero estos sucesos se desarrollan a lo largo de la película, al tiempo que suceden otros importantes en relación a los otros tres personajes. 
En pleno lucro, Tyrone se encuentra en medio de un tiroteo entre mafias que manejan la distribución de drogas en la ciudad. Escapa de la situación, pero es aprendido por la policía. Este suceso accidental, fatal, azaroso en algún punto, provoca un quiebre.  Harry gasta casi todo el capital adquirido hasta el momento en pagar la fianza de su amigo y socio. Se quedan sin dinero y además, se quedan sin drogas. En un mismo momento, la guerra entre narcotraficantes los deja sin dinero y sin posibilidad de poder conseguir la sustancia ilegal que les provee el sustento económico. El no poder conseguir la heroína implica dos problemas: por un lado, ya no podrán seguir vendiéndola. El negocio se ve catastróficamente afectado. Por otro lado, quizás mucho más importante, los personajes se ven frente a la abstinencia del consumo de narcóticos.  El deseo o necesidad de consumir se vuelve un factor indispensable, que lleva a la desesperación enfermiza de los personajes. A partir de allí, todo sigue en un rumbo trágico que parece inevitable. Antes las violentas demandas de Marion, Harry le propone que se prostituya para conseguir la heroína que su adicción le demanda. Ella finalmente accede, primero con un hombre que conocía. Este accionar conmueve a Harry, el cual no puede sacarse la imagen de su novia con otro hombre más que por la vía de la ingesta de drogas.  Por su parte, Harry y Tyrone deciden viajar hasta Florida, donde conseguirían mas sustancias para poder volver al negocio de la venta de drogas. Improvisadamente se encaminan a este destino, al cual nunca llegan. El brazo infectado de Harry, por los reiterados agujazos de heroína, se vuelve peligroso para la salud del mismo. Obligados a visitar a un doctor, éste los denuncia a la policía.  Harry y Tyrone terminan presos. La escena final de la película es interesante: aparece Sara, internada en el hospital psiquiátrico, fantaseando (o delirando), perdida y alegremente, aún con estar en el programa de televisión, vestida de rojo junto a su hijo Harry. Marion, acostada en el sillón de su casa, luego de haber participado de fiestas sexuales a cambio de droga, con el paquete de heroína entre sus manos y una sonrisa escalofriante. Tyrone, en la cama de la cárcel, llorando mientras recuerda la promesa que de chico le había hecho a su madre: “algún día llegaré a ser alguien”. Por último, Harry, también en la cama de un hospital, pero en este caso despertándose luego de la operación que le amputaría su brazo izquierdo. Los cuatro personajes culminan las escenas con la misma postura, la cual es claramente la posición fetal.


Análisis y circuito de la responsabilidad

Del anterior argumento se extrae, para el análisis de la responsabilidad, lo acontecido en referencia al personaje de Harry. Es posible encontrar en esta película, los tiempos lógicos que hacen al circuito de la responsabilidad. Es importante tener en cuenta ciertos detalles del film para poder analizar y comprender el circuito y el cortocircuito en relación a Harry: el azar, los acontecimientos, la culpa, el deseo, el acto, el Otro, la responsabilidad, etc.
Siguiendo el orden lógico, se comienza abordando el tiempo 1. En este se observa aquello que hace al universo particular de la persona en cuestión. Es el universo del discurso que le da consistencia a la vida de la misma. Aquí lo que aparece es esa acción que se lleva a cabo, dentro de lo que enmarca el universo particular mismo, que apunta a la obtención  de determinados fines para los que fue realizada. ¿Cuál sería ese tiempo 1 en relación a Harry? Pues bien, podría pensarse que todas las escenas que lo muestran optimista y enamorado de su novia Marion, disfrutando el uno del otro en una vida ordenada. En este universo particular, Harry aparece direccionado hacia un objetivo específico, que podría llamárselo “el  sueño“. Básicamente, el sueño es conseguir la droga de máxima pureza junto a su socio y amigo, “cortarla” y venderla en las calles de Brooklyn. Con este dinero, asegurarían su futuro, su porvenir y su felicidad. Así mismo, los personajes, entre ellos Harry, muestran ser adictos a las drogas, pero no parece resultarles  egodistónico, sino más bien, egosintónico. La adicción aparece englobada por el universo particular. Mientras siguen consiguiendo la droga, el sustento económico y el sustento de la adicción siguen su curso de manera positiva para el personaje. Nada interpela al sujeto en todo este tiempo.
Pero el azar hace su aparición: una guerra entre bandas de narcotraficantes desbarata el negocio que Harry venia llevando a cabo. Obligado a desprenderse de todo lo ahorrado hasta el momento para liberar a su socio de la cárcel (el cual había quedado repentinamente en medio de un tiroteo de las bandas), y sin posibilidades de poder conseguir mas droga, el negocio se viene a pique. Este suceso provoca el fin de la distribución de heroína en la ciudad. Podría situarse, a partir de este momento, el tiempo 2 del circuito (el momento del cortocircuito). Harry pierde el negocio, el dinero, la droga. Se encuentra ante un exceso que vas mas allá de lo que puede manejar. Las coordenadas que le ofrecía el universo particular, que acaba de resquebrajarse, han desaparecido. Es un momento en que el sueño se desmorona. Este personaje se enfrenta ahora a la incertidumbre, a lo novedoso, a aquello que lo angustia. El sujeto aquí posicionado es interpelado por lo acontecido. Es el “momento propicio para la emergencia de una singularidad que, en consonancia con lo universal, demuestre la incompletud del universo previo junto con la caída de los ideales que allí lo sostenían.” #Pero a pesar de hacerse patente esta incompletad del universo previo, Harry intenta “taponar”, completar y enmendar en respuesta a la interpelación en juego: “Toma la interpelación (…), pero se responsabiliza moralmente y trata de enmendar. Se trata de una culpa moral como respuesta a al interpelación. ”# Cerrando el circuito entre el tiempo 1 y 2, Harry intenta desesperadamente un plan B, ingeniado improvisadamente, para conseguir heroína y volver al negocio de la venta de drogas. Busca abastecerse de droga por esta vía, al tiempo que aconseja a su novia calmar su abstinencia tóxica por medio de la prostitución. Hay entonces, en la figura de Harry, un sujeto que es interpelado por una situación, interpelado a preguntarse por su subjetividad y deseo. Pero el personaje obtura todo esto. Aparecen los reproches de su novia por dejarla sin dinero y sin la sustancia que necesita. En harry aparece la culpa. Dirigido por este sentimiento es que intenta volver al tiempo 1, aquel en el que podía vender drogas y consumirlas junto a su novia. No hay hasta aquí una situación que haga poner en la pista de que el sujeto se haga responsable (justamente donde la culpa aparece como reverso de la responsabilidad no asumida).
Es entonces cuando embarcado en este nuevo plan de improviso, Harry termina obligado a ir a un hospital por la gravísima infección del brazo donde se inyecta la heroína. Es entonces cuando podría pensarse que el sujeto se ubica en el tiempo 3 del circuito de la responsabilidad. La escena deja leer un cambio en la actitud del personaje, un acto responsable que va mas allá del intento de enmendar ese horizonte que ha sido quebrado. Estando Harry en el hospital, este se comunica telefónicamente con su novia. Entre lágrimas, este le pide a Marion que “aguante” (es decir, que aguante la abstinencia). Le dice a su novia que va a volver ese mismo día. Harry demuestra en ese mismo acto que desiste de su plan B. Dejaría de lado el intento de enmendar la situación. Sin guiarse por la culpa, deja de lado su objetivo de seguir en el negocio de la droga y de tratar a toda costa de abastecerse y abastecer a su novia de heroína. Ya no le propone que se prostituya, sino que “aguante”, que el iba a dejar todo eso de lado para volver con ella y quizás, intentar otro tipo de cosas. Seguido esto, Harry es encarcelado, sufre la amputación de su brazo y el film llega  a su fin.

La hipótesis clínica que se podría armar en base a estos tres tiempos gira alrededor de cierta posición que el personaje adopta ya desde el tiempo 1. En el mismo, su universo particular se ordena en base a ser un empresario. En este caso, un empresario de la droga o un “dealer”. En reiteradas ocasiones, es la madre de Harry, Sara, la que fantasea con su hijo vestido de traje y peinado prolijamente, refiriéndose a él como “es mi hijo Harry, un gran empresario.” Inclusive cuando Sara llega al desequilibrio mental, fantasea estar es ese programa de televisión junto a su hijo, el cual es presentado como un exitoso empresario. Dentro aún del tiempo 1, en el que el negocio de la venta de heroína está en su mejor momento, Harry planea comprarle un regalo a su madre. Este le comenta a Marion, su novia: “voy a regalarle algo a mi madre. ¿Y cual es su droga? ¡La televisión! Voy a regalarle un televisor nuevo.” Esta cita es importante a tener en cuenta para el ulterior análisis. Entonces, cuando Harry va de visita a la casa de su madre a llevarle su “droga” (o sea, el nuevo televisor), éste le comenta que le está yendo bien en el campo de los negocios, y se define a si mismo como un empresario (aunque nunca le aclara a que se dedica su empresa). Lo que podría hipotetizarse en base a esto es que Harry, en este tiempo 1, descansa sobre las marcas significantes que provienen del Otro. Su madre lo ha querido empresario, y él asume este papel. Para Harry, ser empresario toma la forma del dealer. Abastece de drogas a los consumidores en las calles, a su propia novia y también a su madre, aunque a esta ultima con una droga que no es la heroína, sino la televisión. Harry es un empresario-dealer y esta posición es la que ordena su universo particular. No es solo un trabajo, es una posición total dentro de la moral particular del personaje.
El tiempo 2 es el soplo que tira abajo la casa de cartas que sostenía a Harry en su papel de dealer o empresario. La situación lo interpela, quiebra su identidad pero en un principio no se hace responsable de este exceso que lo angustia. Pretende a toda costa seguir sosteniendo esa posición de dealer: planifica conseguir más droga viajando a Florida y aconsejar a su novia prostituirse para conseguir heroína. No puede dejar ese lugar de dealer, ni con los consumidores callejeros ni con su novia. Hace cualquier cosa por abastecer de droga, por mantenerse en el rol del dealer.  Podría pensarse que el personaje se responde anticipadamente a la pregunta neurótica, es decir “que me quiere el Otro”, mediante el posicionamiento en la figura del empresario. “Lo que el Otro quiere de mi es que sea un empresario”, podría ser la formula fantasmática de Harry. Es el deseo materno, aquel que no brinda lo necesario para ser significado, el que angustia al sujeto. Reconocer al Otro como deseante implica considerarlo castrado. Considerarlo castrado, va a implicar fatalmente que el sujeto mismo está castrado. La respuesta anticipada, ante el enigma absoluto que presentifica el deseo materno por definición, es la manera de escapar de la angustia, de no saber nada de la castración del otro, y por supuesto, de la de él mismo. Finalmente, en el tiempo 3, Harry parece correrse de este lugar. En un mismo instante, deja de lado la intención de ser dealer. Esto es, desistir del plan de comprar y revender drogas, y mucho mas importante: Harry le dice “aguanta” a su novia, refiriéndose a que no se prostituya para drogarse, que no se drogue en fin. En ese punto deja de ser el dealer que fue y que seguía intentando ser. Es un acto responsable, en el sentido de que dejando de lado la enmienda de la situación, Harry se hace responsable de su deseo. Deja de lado los ideales del tiempo 1, aquellos que le evitaban saber sobre su deseo, que siempre es deseo del Otro. Al dejar de responderse anticipadamente sobre el deseo del Otro, puede ubicarse allí el momento en que Harry asume su propio deseo, consecuente de enfrentarse al deseo del otro sin significar fantasmaticamente. Se abre paso en el campo de la ética, de enfrentarse a otro que desea, corriéndose de los limites apaciguadores que le otorgaba lo moral, con una culpa que mostraba que había una responsabilidad en juego, pero que no es sino hasta ese llamado telefónico que Harry no se vuelve sujeto responsable, en el sentido psicoanalítico: “(...) La responsabilidad interpela a un sujeto, quien debe, o puede, dar “respuesta”, responder, por su acto (…) La responsabilidad la referimos a la singularidad de un Sujeto en acto.”#







Bibliografía

D’Amore, O.: Responsabilidad y culpa. En La transmisión de la ética. Clínica y Deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva, 2006.

Domínguez, M. E.: Los carriles de la responsabilidad: el circuito de un análisis. En La transmisión de la ética. Clínica y Deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra viva, 2006

Freud, S.: (1925) LA responsabilidad moral por el contenido de los sueños. En Algunas notas adicionales a la interpretación de los sueños en su conjunto. Obras completas. Tomo XIX, Amorrortu editores. 1984.

Mosca, J. C. (1998). Responsabilidad, otro nombre del sujeto. En Ética: un horizonte en quiebra. Eudeba, Buenos Aires.

Salomone, G. Z.: El sujeto dividido y la responsabilidad. En La transmisión de la ética. Clínica y Deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva, 2006